La ansiedad por el desempeño o rendimiento se-xual afecta tanto a hombres como a mujeres. El se-xo no es simplemente una respuesta física; las emociones juegan un papel muy importante. A veces hay dificultades en la relación se-xual por inseguridades, miedo al rechazo, pensamientos negativos o experiencias previas que no resultaron como se esperaba. También puede surgir por problemas de comunicación, la presión de las obligaciones cotidianas, una imagen corporal negativa o una cultura que nos señala como debemos ser. Estos factores pueden generar mucho estrés, lo cual dificulta la excitación y afecta el rendimiento, intensificando la ansiedad. En los hombres, esto puede traducirse en una eyaculación precoz o dificultades para mantener una erección, mientras que en las mujeres puede disminuir la lubricación, el deseo y/o dolor.
Algunos consejos para superar la ansiedad por el desempeño sexual:
- Consulta a un profesional en sexualidad: Un especialista pueden enseñar técnicas de atención plena, relajación, reconexión sensorial y abordar los pensamientos intrusivos. Además, puede ayudarte a reducir las expectativas poco realistas sobre el desempeño ayudandote a aliviar la presión.
- Atención plena (mindfulness): La investigación de Brotto et al. (2008) ha demostrado que el mindfulness es particularmente eficaz para mujeres que experimentan ansiedad sexual. Esta técnica enseña a estar presente durante el acto sexual y a desconectar de pensamientos ansiosos o autocríticos. En lugar de enfocarse en el desempeño, se aprende a concentrarse en la experiencia sensorial y emocional.
- Comunicación abierta: La falta de comunicación puede intensificar la ansiedad sexual. Hablar abiertamente con tu compañero(a) sobre miedos, frustraciones y expectativas es fundamental para aliviar la presión del rendimiento y fortalecer el encuentro sexual. La comunicación efectiva permite crear una atmósfera de confianza y seguridad donde puedan explorar sus deseos sin miedo al juicio.
- Explorar la intimidad sin presión sexual: Para muchos, el enfoque en el coito puede generar una presión innecesaria. Para reducir esta presión, es recomendable explorar formas de intimidad no sexuales que permitan el placer y el contacto físico sin la expectativa de tener sexo.
- Sintonizar con tu pareja durante las relaciones sexuales: La ansiedad a menudo surge cuando la atención se desvía hacia pensamientos negativos, dudas o autocríticas. Estar más en sintonía con la pareja requiere un enfoque en el momento presente. Esto implica conectar con el lenguaje verbal y corporal. Estudios han demostrado que las parejas que practican la atención plena y la concentración en la pareja experimentan una mayor satisfacción sexual, ya que se reduce el miedo a no cumplir con las expectativas.
- Crear un contexto y usar estímulos externos placenteros: Para muchas personas la literatura erótica o el uso de juguetes sexuales, pueden ser herramientas útiles para aumentar la excitación y reducir la ansiedad. Este método se relaciona con la idea de desensibilización emocional, en la que se busca reducir la intensidad de las emociones negativas al concentrarse en elementos que despierten la imaginación y la sensualidad. También puedes cambiar el lugar donde generalmente tienes relaciones o crear en él aspectos novedosos como el tipo de luz o una música sensual.
- Ejercicio físico y entrenamiento de los músculos pélvicosEl ejercicio no solo es esencial para la salud física, sino que también juega un papel importante en la reducción del estrés y la mejora de la función sexual. Los ejercicios de Kegel, por ejemplo, fortalecen los músculos pélvicos, mejoran el control sobre la eyaculación y ayudan a mantener una erección más firme. Estudios han mostrado que la práctica regular de ejercicios pélvicos mejora significativamente el control eyaculatorio en hombres y aumenta la satisfacción sexual en mujeres, favoreciendo orgasmos más intensos.
- Apoyo médico y psiquiátrico: En casos donde la ansiedad por el desempeño sea abrumadora y afecte la calidad de vida, consultar a un profesional médico para explorar el manejo con medicamentos puede ser necesario. Inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) se utilizan a veces en el tratamiento de la eyaculación precoz o la ansiedad generalizada. Aunque el tratamiento farmacológico debe considerarse como una última opción, puede ofrecer un alivio temporal mientras se desarrollan estrategias conductuales.
- Cambios en el estilo de vida: Estos pueden hacer una gran diferencia en la reducción de la ansiedad sexual. Mantener una alimentación equilibrada, mejorar los patrones de sueño, limitar el consumo de alcohol y establecer rutinas saludables son esenciales para la salud mental y sexual. Las investigaciones han mostrado que el estrés acumulado y los estilos de vida poco saludables aumentan significativamente la prevalencia de disfunciones sexuales.
La ansiedad por el desempeño sexual afecta a una parte significativa de la población en algún momento de su vida. Entender que el sexo no es solo una respuesta física, sino también emocional, es crucial para poder abordar el problema desde una perspectiva integral. Al trabajar en la comunicación abierta, la intimidad sin presión, la atención plena y el fortalecimiento de la relación con la pareja, las personas pueden superar esta ansiedad. Apoyarse en profesionales especialistas en sexualidad y, cuando sea necesario, psiquiatras, también es esencial para abordar la ansiedad y mejorar la vida sexual y emocional.
No hay una solución única que funcione para todos, pero al combinar estrategias respaldadas por estudios científicos, es posible romper el ciclo de ansiedad y recuperar una vida sexual satisfactoria.
Por Piedad Concha